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lunes, 18 de junio de 2012

Según estudios, Venezuela está entre los cinco países peor evaluados para invertir en energía


AP).- Brasil, Nicaragua y Panamá son los países latinoamericanos con mejor clima para captar inversiones en energía limpia, aunque la región en su conjunto deja mucho que desear, según un informe divulgado el lunes durante la cumbre Rio + 20.
El índice Climascopio evaluó 26 países de la región en cuatro diferentes categorías para medir sus condiciones para atraer inversiones. Con calificaciones que van de 0 a 5, Brasil encabeza la lista con una nota de 2,6, seguido de Nicaragua con 2,13 y Panamá con 1,97.
Climascopio fue elaborado este año por primera vez por el Fondo Multilateral de Inversiones, brazo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para apoyar empresas pequeñas, y el servicio de información energética Bloomberg New Energy Finance.
Completan la lista de los 10 países mejor evaluados en Climascopio Perú (1,73), Chile (1,72), México (1,67), Colombia (1,63), Costa Rica (1,47), Guatemala (1,45) y Uruguay (1,38).

En los lugares 11 a 21 están situados, en orden descendiente, Argentina, Honduras, El Salvador, Ecuador, República Dominicana, Jamaica, Belice, Paraguay, Bolivia, Barbados y Bahamas.
Los cinco peor evaluados son Haití (0,44), Trinidad y Tobago (0,42), Guyana (0,38), Venezuela (0,37) y Surinam (0,29).
El estudio califica a los países por cuatro parámetros: ambiente propicio para la inversión,inversión en energías limpias y financiamiento a proyectos de bajo carbono, negocios de bajas emisiones de carbono y actividades de gestión de emisión de gases causantes de calentamiento global.
El hecho de que Brasil aparece como el mejor evaluado, con solo 2,6 puntos de cinco posibles indica que los países del área tienen mucho espacio para mejorar en la captación de recursos para invertir en energías limpias, aquellas que tienen menor impacto ambiental y reducen la emisión de gases de efecto invernadero.
“Por ahora el sector requiere de mecanismos de apoyo inteligentes y sin duda necesita que varios obstáculos (a la inversión) desaparezcan“, comentó Michael Liebreich, presidente ejecutivo de Bloomberg New Energy Finance sobre el estudio.
Brasil es el país que lidera en el uso de energías limpias en América Latina, con 47% de su matriz energética total basada en fuentes no renovables, especialmente gracias al etanol a base de caña de azúcar como combustible y sus plantas hidroeléctricas.
Brasil es el país que lidera en el uso de energías limpias en América Latina
Nicaragua, el segundo evaluado por Climascopio, tiene más de 60% de su generación eléctrica basada en fuentes térmicas, altamente contaminantes y no renovables por depender de combustibles fósiles, pero tiene en marcha un programa para revertir esa dependencia y ya ha expandido la generación de energía eólica, que utiliza viento como motor.
En las calificaciones, Brasil recibió una nota alta, de 3,9, en políticas de energías limpias, seguido de Colombia y México con 2,9 cada uno.
En cuanto al clima para inversión y financiamiento en energías limpias, Nicaragua fue el mejor evaluado con 3,1, seguido de Brasil con 2,08 y Costa Rica con 1,46.
Brasil aparece en el documento como el único país que domina la cadena productiva para al menos dos tecnologías de energía limpia: biocombustibles y biomasa a partir de desechos.
Entre tanto, México está en camino de convertirse en el primer país de la región con una cadena productiva completa para la generación de energía solar y eólica, mientras que países menores tienen posibilidades de completar algunos eslabones dentro de la cadena productiva, que comienza con el desarrollo de la tecnología y la producción del equipo.
El documento registró inversiones por 90.000 millones de dólares en energías limpias en América Latina y el Caribe entre 2006 y 2011, con cerca de 80% de ese total destinado a Brasil.
El informe destaca que las tecnologías requeridas para generar energías limpias, como celdas de captación de energía solar, torres de energía eólica y plantas hidroelécticas, son cada vez más asequibles para los países debido a la reducción de sus costos, al tiempo que los precios de la energía crecen por el aumento en la demanda.