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sábado, 18 de abril de 2015

Identifican 500 asteroides que podrían amenazar la Tierra en 100 años

(Estados Unidos, . AFP).- Unos 500 asteroides amenazan potencialmente la Tierra, un problema para el que los expertos de la Agencia Espacial Europea (ESA) han hallado soluciones que, para el común de los mortales, parecen ciencia ficción.
“Tenemos unos 500 Objetos cercanos a la Tierra (Near Earth Objects – NEO) identificados que podrían, en un plazo de 100 años, tocar eventualmente la Tierra, aunque la probabilidad es muy débil, en algunos casos de uno sobre un millón”, explica Detlef Koschny, jefe de sector NEO en la ESA.
“Seguimos sus trayectorias, intentamos prever lo que podrían ser y si representan eventualmente un riesgo“, explica desde el centro operacional de los NEO de la ciudad italiana de Frascati, donde los expertos se han reunido esta semana.
“En caso de peligro real, tenemos dos soluciones actualmente factibles”, añade el experto.
“La primera es el accidente de circulación cósmica”, dijo.
“Imaginen un vehículo, que es el asteroide, y otro vehículo, que es nuestra herramienta, que choca con él y lo desplaza de su trayectoria. A fuerza de empujarlo poco a poco,conseguiremos probablemente desviarlo de la Tierra“, afirmó.
“La segunda solución es destruir el asteroide con la ayuda de una explosión nuclear”, añade Koschny.
El interrogante es ¿cómo se puede apuntar a un objeto espacial que se desplaza a 10 km por segundo con otro objeto lanzado para interceptarlo a la misma velocidad?
“Desde un experimento estadounidense llamado Deep Impact sabemos que se pueden alcanzar todos los objetos de un diámetro superior a 100 metros. Nos encaminamos probablemente a satélites autoguiados por una cámara, porque no tendríamos tiempo de dirigirlos desde la Tierra”, añade el científico.

‘Más sencillo cuando es Bruce Willis’

“Es más sencillo cuando es Bruce Willis quien lo hace”, comenta sonriendo Richard Tremayne-Smith, copresidente de la Conferencia sobre la Defensa Planetaria (Planetary Defence Conference, PDC) que se inauguró en Frascati. Una alusión a la película estadounidense “Armageddon”, en la que el actor destruye un asteroide que amenaza la Tierra.
La defensa planetaria era un pasatiempo hace diez años. Hoy se ha convertido en una preocupación global”, asegura William Ailor, copresidente segundo de la PDC.
La PDC es algo serio, con expertos de la NASA, de la ESA y de otras instituciones, pero también hay lugar para los juegos de rol.
“El juego consiste en simular una crisis por una posible caída de asteroide sobre la Tierra, con tres personas que juegan el papel de responsables políticos, sus consejeros científicos, representantes de las poblaciones amenazadas y la prensa”, explica Debbie Lewis, experta en gestión de catástrofes.
“Necesitamos acuerdos de mando, de control, de coordinación y de comunicación a nivel internacional”, insiste la experta. Y es que los daños causados por la caída de un asteroide pueden ser gigantescos en función de su tamaño.
Según numerosos expertos, el 75% de las distintas formas de vida en la Tierra, incluidos los dinosaurios, desaparecieron por la caída de un asteroide enorme hace 65 millones de años.
“Debemos estar mejor preparados, el despertador ya sonó pero nos empecinamos en apagarlo”, estima Lewis.
Los problemas son múltiples: salvar a la población está muy bien pero si se pierden todos los bienes, casas, fábricas, carreteras y hospitales serviría de poco. Por eso hay que salvar también las infraestructuras, recalca la experta.
La ausencia de certezas plantea otro problema. Es imposible prever terremotos o catástrofes naturales, y ocurre otro tanto con los objetos espaciales que se desplazan a gran velocidad.
“Recientemente hemos tenido una sesión de trabajo con juristas y les hemos hecho una pregunta. Si decimos al alcalde de Roma que un asteroide va a destruir su ciudad, que organice la evacuación, costosa, y luego resulta que el asteroide cae al mar ¿puede procesarnos y pedirnos decenas de millones de dólares de daños?”, se interroga Koschny.
“Es muy difícil para quienes toman las decisiones”, concluye Lewis.